El cantante sigue enfermo, pero decidió celebrar el show programado para ayer, el 1 de septiembre en el Madison Square Garden
Apenas lleva un año en el mundo de la música, pero la intensidad ha sido tanta que Justin Bieber ya ha empezado a sufrir el precio de la fama en su propia piel.
El joven cantante tuvo que anunciar el retraso de un concierto en la ciudad de Nueva York, trasladándolo para el 1 de septiembre, dada su indisposición física como consecuencia de una enfermedad que, al parecer, viene arrastrando desde principios de agosto.
Así, hace unos días, la decisión de Justin Bieber de cancelar el concierto se hacía pública en Twitter, la misma plataforma en la que el cantante adelantó que el show, finalmente, sí se celebraría. "El doctor ha dicho que no estoy al cien por cien, pero estamos preparados para llenar las calles de Nueva York". Y así ha sido.
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